Hoy Mi Madre: Sus escritos, mis tesoros.
La Rioja - (Tradiciones de mi tierra) “La Chaya”
Córdoba es linda
Salta es mejor
Pero mi Rioja es un ramo de flor.
La Chaya versión autóctona y vigente, reconoce a La Rioja
como el epicentro; y de ahí la celebración, presidida por
el Pujllay, que significa el rey del carnaval.
En La Rioja, la Chaya es el festival, que celebra en su composición,
musical alegre y festiva, que lo hace saltar al coplero y realizando galanterías
a las niñas elegidas (chinitas y mujeres jóvenes).
La particularidad de ésta fiesta es que se realizan en la calle,
cerrando el acceso a vehículos, adornando las calles con gallardetes
multicolores y gajos de albahaca que
El perfume el perfume de la Chaya. Luego viene el juego con agua y harina,
diciendo
Que el que se moja no se enoja, y ya las “chinitas” mojadas,
dibujados sus cuerpos empapados por el agua.
Al final de la Chaya, se quema un muñeco lleno de cohetes. En esa
fiesta se realizan las coronaciones, donde hombres y mujeres siempre al
compás de la alegre Chaya, se hacen compadres.
El baile consiste, tiene su coreografía. Se realiza saltando; sus
vestimentas son polleras anchas y muy coloridas, y los hombres pantalones
ajustados debajo de las rodillas.
La Chaya, también se confunde con el vino y la aloja (bebida con
algarroba puesta en maceración, de muele la algarroba).
Podemos nombrar algunos chayeros: José Oyola, Julio Chazarreta
(En noches de serenatas), Chito Ceballos, Ramón Navarros, Quito
Carballos ( llamado Chayero mayor
De La Rioja.
Estamos ubicados en el recuerdo de nuestra provincia, La Rioja, Recostada
sobre el imponente Velazco, salpicado de aguas cantarinas, que bajas desde
vertientes y con el perfume agreste de la flor del cardón las flores
del aire y del amancay.
El tum tum de las cajas, nos presenta a “LA CHAYA”, porque
la Chaya es mujer plasmada de harina, coqueteando con su corona de albahaca,
representante auténtico del carnaval o Chaya Riojana.
También nos llega la nostálgia de la serenata en noches
de luna plateada, su música, sus maravillosas leyendas, su historia,
la sugestiba vigencia del folklore popular, el canto y el contacto con
el paisaje, sus mitos, sus creencias, la fe en SAN NICOLÁS DE BARI,
patrono de La Rioja, creando hombres de gran sensibilidad y cordialidad.
Así nosotros hacemos un culto por los tiempos pasados y por los
hombres que fueron su alma.
Recorriendo sendas de nuestra patria que en esencia, suma y no resta al
que se siente por la nacionalidad y su entera grandeza; heredando la riqueza
anímica del aborigen, que no conocía los límites
del valor y el sacrificio, cuando el trabajo y las circunstancias, se
lo impusiere, modeló el carácter de la cultura regional,
de ahí ese amor que lleva el provinciano, con su música,
costumbres, danzas y recuerdos.
El poder anímico rico de la comunidad y su fuerte apego a la organización
de la familia, no fue vencido, llevamos en nuestra sangre indígena
el culto a la tradición regional que trasciende a lo universal
y llevamos el valor cultural que tiene sabor autóctono.
Autor: María Aída Sotomayor
Seudónimo: La _Mayor
¡Gracias Mami!!! Te Amo. Silvia
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